El III Memorial Locera María Guerra Alonso dará comienzo este viernes 26, con una exposición de loza tradicional con piezas originales de los de populares alfareros de La Atalaya como Panchito, Antoñita Ramos “La Rubia” y María Guerra “La Quemá”. El evento cuenta con la colaboración de la Concejalía de Cultura y Patrimonio del municipio satauteñoy está acogido al programa de subvenciones para Asociaciones Culturales del Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida.
La apertura de esta muestra será el viernes a las 20:00 horas en la Biblioteca Municipal con la inauguración de la exposición de piezas de la alfarería tradicional de La Atalaya. La presentación contará con una actuación musical del acordeonista Miguel Afonso y el guitarrista clásico Gonzalo Macía.
El sábado 27, a las 11:30 horas está previsto celebrar una Ofrenda Floral en memoria de la alfarera en el Cementerio de la Villa. El domingo 28, dentro del programa organizado por la Asociación La Lisadera. Amigos de la Cerámica Canaria, impulsora del Memorial, se realizará una visita guiada por el Centro Locero, viejo Horno y Cueva alfar María Guerra, donde se inaugurará un mural alusivo al quehacer locero de la Artesana. El recorrido Comenzara a las 12:00 horas en la Plaza de la Iglesia de La Atalaya.
Para el viernes 2 de febrero, en la Biblioteca Municipal Francisco Morales Padrón, se ofrecerá una charla acerca de Risco Caído y el proceso de su candidatura a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que será impartida por los arqueólogos José de León y José Guillén, del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria.
María Guerra Alonso “La Quemá” era la más antigua alfarera que existía en Gran Canaria. El cronista de la Villa, Pedro Socorro, señalaba que “era una de las más grandes alfareras del poblado troglodita de La Atalaya, hasta los últimos años de su vida estuvo modelando el barro y trabajando en su cueva taller (falleció el 23 de enero de 2015), donde mostraba cada día su arte y su trabajo en vivo. Rodeada de una gran colección de piezas talayeras. Fueron muchos los visitantes, escolares y turistas que acudían al lugar y se interesaban por aprender las técnicas heredadas de los antiguos canarios. A lo largo de su vida creó en su cueva taller innumerables piezas para el uso y el ornato de muchos hogares de la isla, pero también para la riqueza etnográfica y de coleccionistas de arte popular pues las piezas de María cuentan con los más hermosos matices de nuestra cultura ancestral. Y es que en los últimos tiempos María fue una interlocutora valiosísima para el estudio de la cerámica popular canaria; un ejemplo vivo del rescate del olvido y puesta en valor del oficio…”
Para la Asociación La Lisadera, a través del Memorial Locera María Guerra se quiere rendir homenaje a las y los loceros y loceras de La Atalaya, así como rescatar y difundir la historia de la Alfarería Canaria por su calidad, originalidad y valor patrimonial.
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