El Barranco del Guiniguada es el entorno escogido para celebrar el Día Mundial del Agua con un recorrido para descubrir las riquezas hidráulicas que esconde su serpenteante trazado, desde acequias a cantoneras y acueductos, que culminará en el Foro Guiniguada, donde el Cabildo reconocerá la callada e imprescindible labor de los vigilantes de aguas, cauces y presas del Consejo Insular de Aguas.
Será este sábado cuando, bajo el lema ‘La respuesta está en la naturaleza’, lema mundial de esta importante celebración para Gran Canaria, la Institución mostrará parte de los vestigios del pasado hidráulico para rescatarlos del olvido, explicó el consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo. La salida de los excursionistas tendrá lugar a las 9:00 de la mañana en la finca El Galeón, donde se encuentra el pozo del mismo nombre que se ha convertido en el Museo del Agua de la isla.
El Cabildo trabaja, además, para incluir el barranco en el denominado sendero GR131, que ya existe en Tenerife, La Palma, El Hierro y Fuerteventura y cuyo objetivo es conectar todas las Islas Canarias. Forma parte a su vez del trazado de más de 5.000 kilómetros de longitud del sendero europeo E7, que comienza en Hungría y que llega hasta Portugal pasando por Eslovenia, Italia, Francia y España.
El GR131 unirá el Guiniguada con Agaete, aunque el inicio está en realidad en el Puerto de la Luz para quien proceda de Fuerteventura y acaba en el Puerto de Agaete para su continuidad a Tenerife. El recorrido será señalizado y homologado para su inclusión en esta ruta, desveló el consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez.
Cañas de 63 metros de profundidad y galerías de 170 metros
El Pozo Canario de la Finca El Galeón, que fue autorizado en 1938 y alberga una caña vertical de 63 metros de profundidad y tres de diámetro, además de dos galerías, una 330 metros y la otra de 170, será el inicio del recorrido que realizará el Cabildo junto al personal del Consejo Insular del Agua y de los Ayuntamientos de Santa Brígida y la capital encabezados por el presidente insular, Antonio Morales. Esta infraestructura fue abandonada en los años setenta y, tras su recuperación, ahora se ha convertido en museo.
El recorrido atravesará la Presa de Satautejo en el Barranco de Las Manzaneras, que se terminó de construir en 1952. Tiene un muro de 20 metros de altura y una coronación o borde que alcanza los casi 100 metros de longitud.
El camino llevará después a los lavaderos, también denominados veleros, punto de encuentro obligado donde se realizaba el lavado tradicional de la ropa por tandas, separando las prendas por colores, tipo o suciedad. El procedimiento habitual era el de remojar, enjabonar y salpicar, para posteriormente dejar la ropa reposar mientras se continuaba con otra tanda, una imagen que a buen seguro aún pervive en la retina de muchos.
También llegará a la cantonera de Los Pepe, una arquitectura hidráulica que tenía como misión fijar el volumen de agua que pasaba por una boca o canal en un tiempo específico y que alcanzó especial relevancia en el siglo XVIII cuando se acentuaron los fraccionamientos de agua.
El camino conducirá hasta el acueducto de carga del molino de Maipez que fue construido en 1899 y se mantuvo activo hasta 1943. Esta estructura recogía el agua desde La Calzada, que entraba en el canal de diez arcos simétricos y que permitía utilizar el líquido como fuerza motriz para mover los molinos.
A lo largo de los casi seis kilómetros de recorrido que culmina en el Jardín Canario se podrá también admirar uno de los mayores palmerales de la isla rodeados de exuberante naturaleza, explicó Miguel Hidalgo, que lamentó que se viva de espaldas a los barrancos por lo que su objetivo es recuperarlos para que los ciudadanos puedan disfrutar de ellos.
Labor callada e imprescindible
El acto institucional para celebrar el Día Mundial del Agua, que se festeja en todo el mundo este jueves, será a las 13 horas en el Foro Guiniguada, donde la ponencia ‘Guiniguada: un barranco de agua’ de José Imar Chirivella, ingeniero profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y funcionario del Consejo Insular de Aguas, desvelará el resto de tesoros hidráulicos que esconden los 22 kilómetros del barranco.
El acto acogerá también un emotivo reconocimiento a los vigilantes de aguas y cauces, de presas y de obras y explotación del Consejo, un cuerpo formado en la actualidad por una veintena de personas cuya principal labor es la de policía de dominio público hidráulico, que abarca el control de barrancos, pozos y galerías principalmente, mientras que los de presa y los de obras se encargan de la supervisión de las infraestructuras.
Por su parte, los de explotaciones tienen como misión el control de la distribución del agua a depósitos municipales y para el riego agrícola, además de las instalaciones como bombeo, contadores o circuitos.
Hidalgo destacó la labor de estos vigilantes, que tienen que trabajar a veces en situaciones meteorológicas adversas y críticas, y que en ocasiones quedan olvidados tras los momentos de emergencia. Por ese motivo el Cabildo quiere hacerles un reconocimiento público que valga también de agradecimiento a los que estuvieron en el pasado, explicó.
Los vigilantes son los herederos del trabajo que hacían varios siglos atrás los llamados guardas jurados de barrancos, que formaban parte de las heredades y que a finales del siglo XIX se convirtieron en estatales, para posteriormente depender del Gobierno de Canarias. Cuando se crearon los consejos insulares de agua, en 1995, pasaron a formar parte de este organismo en Gran Canaria, explicó el gerente del Consorcio Insular de Aguas, Gerardo Henríquez.
La geografía de Gran Canaria, con más de 100 barrancos y barranquillos con una extensión que supera los 5.000 kilómetros, y la escasez de agua han convertido a la isla en el territorio con mayor densidad del mundo de presas y todo un museo único de obras para obtener agua, tanto es así que también es pionera en la desalación de agua y su vinculación con las energías renovables para producirla.
El año pasado el Cabildo puso en marcha Renovagua con 18 millones de euros para dotar las instalaciones del Consejo Insular de Agua de placas fotovoltaicas y energía renovable que reduzcan el consumo de combustibles fósiles y abaraten el coste de producción, lo que se suma a su gran proyecto de construir una central hidroeléctrica en Chira-Soria que será única por especiales características.
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