El próximo viernes 25 de enero por la tarde, en la Biblioteca Municipal de la Villa, tendrá lugar la inauguración de la exposición de cerámica tradicional de María Guerra, Panchito y Antoñita como inicio de los actos del IV Memorial dedicado a la locera de La Atalaya que se prolongará hasta el viernes 1 de febrero. En esta edición se hará una importante labor didáctica en los colegios de Santa Brígida, gracias a la iniciativa de la Asociación La Lisadera, Amigos de la Cerámica Canaria, en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Brígida, la Asociación Sociocultural y Deportiva Aran Canarias y Folk Canarias.
El programa de esta cuarta edición arrancará a las 19:30 horas en la Biblioteca Francisco Morales Padrón, con la inauguración de la exposición de cerámica tradicional de María Guerra “La Quema”, Panchito y Antoñita “La Rubia”, gracias a las piezas que forman parte de las colecciones privadas de José Miguel Cuenca Sanabria y Rubén Octavio Auyanet Hernández. En el mismo acto se realizará la presentación del IV Memorial Locera María Guerra Alonso. A continuación se proyectará el video “Hecho con barro”, tras lo cual tendrá lugar la actuación musical con Miguel Afonso (Acordeón) y Gonzalo Macías (Guitarra Clásica) de Folk Canarias.
El Sábado 26, a las 10:30 horas se realizará un homenaje floral dedicado a la ceramista en el cementerio Santa Brígida. A las 12:00 horas tendrá lugar el recorrido por el Patrimonio de la Atalaya (desde la plaza de la iglesia) e inauguración de un mural en la Cueva Alfar de María Guerra. Para los días lunes 28, miércoles 30 y viernes 1 de febrero, está prevista la realización de una Muestra de Barro para escolares que recorrerá diversos colegios de Santa Brígida.
María Guerra Alonso “La Quemá” era la más antigua alfarera que existía en Gran Canaria. El cronista de la Villa, Pedro Socorro, señalaba que “era una de las más grandes alfareras del poblado troglodita de La Atalaya, hasta los últimos años de su vida estuvo modelando el barro y trabajando en su cueva taller (falleció el 23 de enero de 2015), donde mostraba cada día su arte y su trabajo en vivo. Rodeada de una gran colección de piezas talayeras. Fueron muchos los visitantes, escolares y turistas que acudían al lugar y se interesaban por aprender las técnicas heredadas de los antiguos canarios. A lo largo de su vida creó en su cueva taller innumerables piezas para el uso y el ornato de muchos hogares de la isla, pero también para la riqueza etnográfica y de coleccionistas de arte popular pues las piezas de María cuentan con los más hermosos matices de nuestra cultura ancestral. Y es que en los últimos tiempos María fue una interlocutora valiosísima para el estudio de la cerámica popular canaria; un ejemplo vivo del rescate del olvido y puesta en valor del oficio…”
Para la Asociación La Lisadera, a través de los sucesivos Memoriales Locera María Guerra se quiere rendir homenaje a las y los loceros y loceras de La Atalaya, así como rescatar y difundir la historia de la Alfarería Canaria por su calidad, originalidad y valor patrimonial.
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