El turismo pierde a uno de sus padres fundadores, a quien con su empeño y visión ayudó a construir sus cimientos en Gran Canaria. Ha fallecido Antonio Santana Miranda, empresario e impulsor del sector desde sus orígenes, cuando iba a pie de barco al puerto para invitar a los primeros turistas a hospedarse en su pensión por 45 pesetas. Tenía solo 30 años, pero ya una claridad de propósito y una pasión que lo acompañaron hasta sus 96.
Fundador y primer presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Gran Canaria, Santana Miranda no fue solo un emprendedor de éxito, sino un hombre que, fundamentalmente, trabajó con cabeza y corazón. Supo entender al visitante como nadie, y promocionó la isla con sus propios medios, viajando a países nórdicos para ofrecer un destino de sol y hospitalidad.
Desde su Santa Brígida natal hasta el Maspalomas que ayudó a poner en el mapa internacional, supo ver en el turismo no solo una oportunidad económica, sino una forma de conectar culturas, de hacer sentir a los visitantes parte de esta tierra, con cariño, con un cochino asado y un espectáculo de música y alegría.
Su liderazgo marcó una época de unión entre empresarios y de impulso para la industria, recibiendo reconocimientos como el Roque Nublo Turístico o la Medalla al Mérito Turístico por su labor en favor de la sociedad grancanaria. Sin embargo, su mayor legado es el recuerdo que deja en quienes compartieron su camino, por su generosidad y espíritu alegre.
Antonio Santana Miranda nos deja, pero su historia seguirá contándose en cada turista que se enamore de esta tierra y en cada profesional del sector que trabaje con pasión. Nunca dejó de creer en el potencial de Gran Canaria ni en el valor de tratar bien a quienes nos visitan.
Sus restos serán velados en el Tanatorio de Santa Brígida.
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