Bajo un cielo despejado, Amalia y Rita Llabrés Romero, nietas de Alonso Quesada, depositaron un ramo de flores en la Plaza de Doña Luisa, a pocos metros del que fue el último hogar del poeta. Aquel lugar, donde el escritor halló refugio para su alma y su cuerpo enfermo, honra con una placa conmemorativa la memoria de una de las figuras más destacadas del modernismo literario en Canarias, de cuya prematura muerte (falleció a los 38 años) se cumplen 100 años.
El acto, en el marco del Día de las Letras Canarias, contó con la lectura de unas emotivas palabras a cargo de Avelina Fernández Manrique de Lara, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santa Brígida. Entre los asistentes se encontraban, entre otros, la familia Cordero Almeida, propietaria de la casa donde el poeta falleció, así como el historiador José Concepción Rodríguez y el profesor Eduardo Perdomo de la Guardia, quien emocionó a los presente con la lectura de unos versos del poeta.
Alonso Quesada (1886-1925), poeta, periodista y dramaturgo supo capturar en su obra las luces y sombras de la sociedad canaria de principios del siglo XX, con una mirada cargada de ironía, melancolía y denuncia social. Fue en la quietud de estos paisajes satauteños y en el murmullo de la naturaleza donde halló sus últimos días.
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